Spotify persuadió a los oyentes de pagar un precio mensual establecido por escuchar música, alejándolos de la piratería. Para muchos, el costo de una suscripción no es un monto insignificante. Aumentar los precios es algo arriesgado, no queremos que las personas vuelvan a recurrir a la piratería o a soluciones no monetizadas. En efecto, actualmente el adulto promedio gasta casi el doble en música en comparación con lo que gastaba en el apogeo de la era del CD en 1999, y millones de personas más pagan por la música hoy en día.
Dicho eso, Spotify evalúa de forma constante los precios en cada uno de nuestros mercados para que podamos seguir innovando a pesar de las cambiantes condiciones de los mismos. Hace poco, aumentamos los precios en varios de ellos para los diferentes planes de suscripción Premium. Debido a que Spotify y los titulares de derechos de los artistas comparten el mismo fondo de ingresos, nuestros incentivos están totalmente alineados: ambos queremos generar tantos ingresos de oyentes y anunciantes como sea posible.